El papa Francisco denunció en su nueva encíclica” Fratelli Tutti” (Hermanos todos) publicada ayer que “la fragilidad de los sistemas mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado” y que existe la necesidad de “rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas”.
Hace días el presidente Andrés Manuel López Obrador también afirmó que la pandemia de Covid-19 evidenció las limitaciones del modelo neoliberal en el mundo.
AMLO pidió pensar en un nuevo modelo económico que deje atrás el neoliberalismo, en el que el cuidado de la salud sea una tarea colectiva y solidaria.
Al presentar ocho lecciones que ha dejado la pandemia de Covid-19, el Ejecutivo federal sugirió reconvertir el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el G20 en “verdaderos actores de la cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos y las naciones”.
López Obrador criticó que los gobiernos de antes desatendieron las enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes, obesidad y padecimientos renales provocadas por el consumo de alimentos industrializados, pues, según las estadísticas, de las muertes por coronavirus en el país, 55% están relacionadas con hipertensión, diabetes u obesidad.
El Mandatario federal aseveró que otra falla visible es la poca solidaridad en el mundo para ofrecer equipo y medicamentos, porque un ventilador, antes de la pandemia, costaba en promedio 10 mil dólares y ahora se vende, afirmó, hasta en 100 mil dólares aproximadamente.
Por su parte, en la tercera encíclica del papa, que lleva el título de una frase de San Francisco de Asís que se publicó ayer y el pontífice explica que cuando estaba redactando esta carta, “irrumpió de manera inesperada la pandemia de Covid-19 que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades”.
Este documento, explica el papa, es una respuesta “para quienes quieren construir un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones”.
Y cuando se habla de la pandemia, Francisco señala que “más allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente”.
El papa explica que “el dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamamiento a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia”.
Advierte que “pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta”.
Y pide que esta pandemia “no se trate de otro episodio severo de la historia del que no hayamos sido capaces de aprender”.
“Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados año tras año. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros”, añade.
Francisco destaca además que “la crisis financiera de 2007-2008 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera especulativa y de la riqueza ficticia”, pero que “no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo”.
“El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal”, agrega.
“Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente. El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más, acudiendo al mágico “derrame” o “goteo” -sin nombrarlo- como único camino para resolver los problemas sociales”, asegura.
Francisco aboga entonces por “volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos”.

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